El Camuflaje en Guerra: Confundiendo los Ojos del Enemigo


En guerra, engañar al enemigo puede marcar la diferencia entre ganar o perder, vida o muerte. El engaño es más que una estrategia, es un arte y una ciencia que ha avanzado enormemente en el último siglo desde tácticas de señuelo hasta efectos visuales. A principios del 1900, la apariencia del atuendo militar pasó a ser parte integral de éstas estrategias.

Para ayudar a ocultar soldados y hacerlos difíciles de alcanzar por el enemigo, los uniformes de estilo de tiempos tempranos fueron reemplazados con materiales más apagados. Hoy en día, los uniformes están diseñados con formas y colores que se mezclan con el entorno, incluyendo desiertos, selvas, y cualquier tipo de terreno en donde se desarrolle el combate. Si la guerra se desarrolla en el desierto, por ejemplo, se puede requerir de uniformes con colores bronceados y marrones que se mezclen con la arena de estos ambientes. Para mejorar el arte de crear estos uniformes, los expertos estudian los patrones y colores que se encuentran en el ambiente de cada tipo de terreno y cómo el ojo humano detecta los objetos.

Según estudios, el ojo humano intenta localizar la forma humana cuando analiza el área para visualizar objetivos. La forma del cuerpo humano puede ser más fácil de detectar cuando se viste un solo color o demasiados colores. Para engañar al ojo se requieren colores adecuados, líneas y formas, para que nuestro cerebro asocie las líneas de colores y formas del uniforme con el follaje, tierra o sombras del entorno. Los diseños y colores de los uniformes militares son visualmente engañosos cuando se producen correctamente, ocultando la forma del cuerpo humano y haciendo que el individuo sea difícil de localizar.

Para establecer y alcanzar los estándares de calidad de color para materiales de múltiples colores, se recomiendan los siguientes productos:

 

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